6 de mayo
Nos trasladamos al CONTE MAX desde el hotel donde hemos pasado estos días. Ahora tomamos posesión y empieza la operación limpieza y puesta a punto.
Había una avería en el barbotén del ancla, Max nos dijo que estaba programado sacar el barco el martes para repararla y que todo estaba pagado y conforme. En el varadero no dicen lo mismo, si bien tienen las piezas enviadas por el astillero francés.
El mantenimiento de los motores, próximos a las 500 horas, tampoco se ha hecho. Decidimos cambiar aceite para irnos más seguros y se descubre agua en el aceite de la reductora de babor. Necesitamos unos repuestos de junta tórica y retén. No los hay en Sicilia. Seguiremos aquí un poco más.
Empieza un zafarrancho de llamadas para conseguir esos repuestos en el menor tiempo posible. Gonzalo mueve a su gente de náutica y nosotros al auténtico Alfonso, el que vale pató y que tiene por delante dos días de movida con este encargo.
Mientras tanto vamos revolviéndolo todo, intentando encontrar las partes fundamentales, los manuales, los pocos repuestos. Limpiar, descubrir, evaluar, todo seguido.
Maximiliano llama a media mañana para decir que ya ha mandado la copia autentificada del libro del barco y le pregunta a Carlos que si es feliz. Respuesta: no.
Por la noche estamos cansados y un poco desanimados, cenamos en un pub que descubrimos el fin de semana, ASTEMIO, donde tienen especialidad en vinos y cositas para picar. Disfrutamos de una selección de quesos y embutidos con un buen Nero D’Avola de uva Shyra y regresamos más contentos a pasar la primera noche en el CONTE MAX.
Las camas son bastante buenas, los ruidos quedan muy atenuados y el descanso es estupendo a pesar de compartir el pantalán con la flota pesquera, que va arrancando sus motores a partir de las 4,30 h.
7 de mayo
Sigue la operación búsqueda de las piezas y acuerdo con el varadero para sacar el barco cuando estén aquí.
Mientras tanto, seguimos investigando cosas. Sacar el Spi y colocarlo, dado que no sopla nada de viento y actuar con las orzas. La maniobra resulta difícil, la orza nueva queda demasiado justa. Después Carlos piensa en utilizar lija al agua para quitar algo de lo que sobra y cuando se pone a estudiarla con más detalle salta la nueva sorpresa; está rajada al medio en un buen trozo. El cabreo ya es antológico.
Para empezar Carlos piensa que Gonzalo no probó la orza cuando vino a negociar con Zillioli y a revisar el barco. Después nos enteramos de que cuando hicieron esa maniobra, hubo un fallo y forzó la orza de babor, lo que pudo provocar el problema.
Esta orza la había roto Maximiliano contra las piedras y se la fabricaron nueva en este varadero de Riposto. El nos ha entregado copia de la factura que lleva implícita la garantía de 2 años. Rápidamente nos ayudan a trasladar el barco, ya que nos falta un motor, para sacar la orza con una grúa. En plena operación, se deshace el nudo que la sustenta y se pega el gran guarrazo. Quedamos con cara de idiotas. No ha pasado nada irreparable y volvemos a nuestro atraque, dejando atrás la orza deteriorada para que le den solución.
Cambiamos la cara y nos ponemos a limpiar. El barco está sucísimo pero cuando terminas de limpiar un lado, ya ha vuelto a mancharse el anterior. Hay polvo oscuro en el ambiente, seguramente del Etna que continuamente fumea y no se puede mantener un barco blanco en estas condiciones. La parte buena es que se limpia estupendamente, solo es polvo de arena. La limpieza nos anima, verlo todo decente hace ilusión.
En la parte turística, cenamos en una pizzería llamada BITTOS. Muy bien. Copa en ASTEMIO, donde nos saludan como amiguetes y ponen música en español y a las once ya estamos de vuelta en el barco. El ambiente, como vamos viendo cada día es en la tarde noche. A mediodía están cerrados los restaurantes de la zona, salvo el del náutico y abren para la cena que suele ser temprana.
8 de mayo
De momento todo va bastante bien. Por fin ha llegado la copia de la documentación del barco. Ya es algo.
Las piezas de recambio para el sail drive, están enviadas desde Castellón y Guadalajara, o sea por duplicado. Alguna llegará a tiempo.
La orza va a ser reparada y estará lista para el martes que viene.
Los chicos han ido a comprar recambios de bombillas que estaban fundidas, algunos tornillos y las banderas de pabellón italiano y de la tripulación española. Han vuelto felices de la vida con un par de antenas parabólicas compradas en Lidl. Igual conseguimos ver bien alguna de las cuatro TV que tiene el CONTE MAX.
El día ha sido bueno, hemos conseguido llegar a la noche sin descubrir ninguna avería nueva. De milagro, porque buscando otra cosa, Gonzalo vio que la bomba de agua dulce de babor, que él mismo había cambiado el primer día por una enviada por el astillero, ya que la original se quemó, indebidamente funcionaba sin parar, aunque no estábamos usando agua y la bomba estaba con una temperatura altísima, a punto de cascar, vamos.
Después de las investigaciones pertinentes, descubrieron que uno de los dos depósitos de agua dulce que lleva el barco se había agotado y el presostato de la bomba manda orden de actuación continua, sin agua.
Por la noche fuimos a cenar, ya en plan celebración de cumpleaños. Coincide el de los dos el mismo día. Nos ha acompañado un español del barco de al lado, se llama Rafa y es el marinero de un yate a motor que hay en nuestro pantalán. Es una persona amable, que se ha alegrado de tener compatriotas para charlar. Conoce bien la zona, ya que lleva un mes aquí y nos ayuda mucho a la hora de buscar los sitios para compras específicas. Hemos repetido en BITTOS, que tiene una cocina estupenda y después la copa al ASTEMIO. Los que cumplían años se quedaron de palique y bebiendo hasta las tantas. Cumpleaños feliz.
9 de mayo.- Día tranquilo. Olivia ejerciendo de ama de casa recorre la calle principal para comprar algo de comida y hacer el almuerzo a bordo. Empezamos a estar cansados de tanto restaurante.
También compramos una Karcher para hacer limpieza profunda.
Una ensalada y un poco de fiambre, con ricos quesos sicilianos y un vino blanco del fondo de armario del CONTE MAX, nos dejan tan contentos.
Por la tarde hacemos una incursión al Lidl para comprar cacharros de cocina, lo de comer en platos de plástico no nos vale. Allí no encontramos nada y volvemos al bazar tipo todo a cien donde habíamos comprado las primeras cosas.
Tomamos unas cervezas en una taberna estilo inglés, con mucha madera y repetimos cena en el BITTOS. En el ASTEMIO está todo reservado para una celebración y volvemos al barco.
A Carlos le han felicitado: Alfonso, Luigi, Toni, Miguel (Al Tanllaui) y mi primo Poli.
10 de mayo.- los hombres van al mercado. Traen para mañana domingo, gambas, bígaros y salmonetes. Haremos comida especial.
Después invitamos a Rafa, para ir de excursión a Messina en coche.
Recorremos el estrecho de Messina desde una perspectiva distinta a nuestra primera vez, en el verano del 2007. Hay bastante viento, favorable a nuestros intereses. Lastima que seguimos en dique seco. El tráfico, tal como recordábamos, intenso y con todos los rumbos posibles. Llegamos hasta la gran torre que domina la salida al Tirreno y recorremos un lago interior lleno de boyas que no sabemos para que puedan ser.
Comemos, muy bien, en un bonito restaurante con vistas al estrecho y después emprendemos el camino de vuelta.
Ya desde la carretera nos sorprende ver una humareda bastante grande en la zona del Etna. Cuando llegamos al barco y con los prismáticos, comprobamos que es la lava descendiendo por la ladera del volcán. A medida que oscurece el espectáculo gana en vistosidad. Imaginamos que con la noche cerrada será impresionante, pero no es así. Va a menos. Cambia la dirección del viento y volvemos a tener el CONTE MAX de primera comunión.
También han cambiado las circunstancias del puerto. Ahora ha entrado el mar de fondo y el barco tiene unos agites un poco incómodos. La pasarela-tablón no aguanta en su sitio, hay que quitarla cada vez que la usamos.
Rafa nos prepara una conexión para unir el Ipod al equipo de música. Está a la última en tecnología. Viene contentísimo porque ha comprado a unos indios, una cámara con visión nocturna, inalámbrica, para su barco, por 25 €.
11 de mayo.- amanece gris y fresco. Un asco de domingo. Pasamos la mañana escondidos. Gracias a la maravillosa antena parabólica podemos ver a Fernando Alonso, en la Formula 1 y nos preparamos un buen aperitivo: bígaros y gambas al ajillo. Después comemos unos salmonetes a la plancha antológicos. El barco queda con un olor a restaurante gallego que no sabemos cuantos días tardará en perder. Está claro que hacer pescado a la plancha en el interior no es aconsejable.
Por la tarde, otra vez de compras. Gonzalo compra una bicicleta por 50 € y Magdalena un secador de pelo por 10 €. Al menos durará para estos días.
Por la noche vamos a la cervecería a tomar una pizza con cerveza y el ambiente es estupendo.
12 de mayo.- El capitán toma el mando de la manguera y se pasa la mañana quitando arena del Etna. El agua y la luz son muy caros en esta marina y encima cuentan con la colaboración del volcán, que parece reírse de los esfuerzos que hacemos todos por mantener los barcos presentables.
Han llegado, a la vez, los dos paquetes con los repuestos. Mañana podremos ir al varadero y esperamos resolver los trabajos pendientes y zarpar el miércoles.
Hemos escrito un mail al representante del Mercantile Leasing, que lleva nuestro expediente, para decirle que este barco debe llamarse PRATI.
Por la tarde hemos hecho el aprovisionamiento del barco para la inminente travesía, ya que mañana devolvemos el coche de alquiler que hemos tenido todos estos días. Yo creo que Gonzalo con estos gestos se autoconvence de que ya estamos a punto de marchar. Empezamos a estar saturados de esta situación, dejando pasar los días como los de “Los lunes al sol”.
Después de organizar el avituallamiento, con un arranchado un poco en precario, nos vamos a cenar algo a la cervecería de ayer. Hoy es lunes y estamos prácticamente solos. Aburridos volvemos al barco nada más cenar.
13 de mayo.- Hemos madrugado con la ilusión de la salida temprana al varadero. Primero han comprobado como queda la orza que están arreglando. Queda grande, no hay manera de que encaje en su sitio. Traen una radial y se dedican a desbastar en los sitios donde toca. Cuando terminan con las pruebas, ya son las 12 y aún estamos en el agua. A las doce y media van a comer.
Milagrosamente deciden sacar el barco antes del almuerzo. Nos situamos sobre las bragas del gigantesco travel lift, de cuyo foso lamemos las paredes y pretenden izar sin más contemplaciones. El capi dice que nones. Está convencido de que tienen la cincha por debajo de la pequeña quilla que protege la hélice y esto puede provocar otro problema. Hay que ponerse duro para que traigan una pértiga con una cámara subacuatica y comprueben lo que Carlos suponía. Por fin, con los ajustes necesarios, el CONTE MAX sale del agua.
Después del almuerzo, Carlos y Gonzalo le lavan el culo y sobre todo las hélices y aparece un mecánico para sustituir los retenes dichosos del sail drive y otro que trabaja en el barbotén del ancla.
Olivia, escondida dentro del cata suspendido, se dedica a leer manuales y escribir un poco. Hace bastante frío. Está todo gris. Esperamos esta tarde poder regresar al atraque aunque mañana haya que volver aquí para poner la orza.
El que espera desespera, no han terminado el trabajo y tenemos que marchar al hotel King´s House otra vez. Vamos con lo justito y es una satisfacción dormir en una cama con sus sábanas y sus mantas. Desde que estamos a bordo dormimos con sacos y empieza a ser incómodo.
14 de mayo.- Madrugamos para volver al varadero donde ya están terminando el trabajo del barbotén y enseguida nos echan al agua.
Ponemos gasoil, la friolera de 620 litros y nos lanzamos mar adentro a probar. ¡Que grande se ve navegando! Ni siquiera nos oímos de proa a popa.
Hay mar de fondo importante y ni gota de viento. Pese a nuestra voluntad de navegar, la ausencia de viento y el que el ploter no funcione, no sabemos porqué, nos impulsa a volver al puerto.
Allí empezamos a encender y apagar equipos, a intentar comprender porque no pasan los datos del GPS al ploter y al piloto automático.
Ahora que nos las prometíamos tan felices, surge este problema que no sabemos revolver.
Por la tarde viene un técnico de zona ¿???? Dice que mejor mañana, hoy se le ha hecho muy tarde-
Vamos a cenar e invitamos a Rafa, como despedida ¿????
15 de Mayo.- A las 8,30 viene el técnico y enseguida queda claro que no tiene ni idea de lo que pasa. Se dedica a llamar por el móvil a unos y otros pidiendo ayuda y le oímos decir que además los manuales vienen en inglés.
Para colmo, el varadero no ha terminado la orza. Vuelven a decir que mañana. Carlos les dice que al día siguiente nos iremos esté la orza como esté. Llamada a Maximiliano para quejarse de las nuevas historias y él dice que llama inmediatamente………..
Gonzalo estudia todo lo posible y consigue un pseudo arreglo. No tendremos todas las funciones, pero sí las importantes. Habrá que arreglarse con eso.