Según lo previsto, el lunes día 16, con las primeras luces, 6,00 hora local, levamos ancla de Port Mourelle arrumbando al archipiélago de Ha’Apai. Fueron 70 Nm en navegación de ceñida con viento F-5, rápida y cómoda. Sobre las cinco de la tarde estábamos fondeados en la isla de Foa. Elegimos este fondeo anterior a Pangai, (Lifuka), para asegurarnos la buena luz en el fondeo. Con sonda 10 m. largamos ancla en la Posición : Latitud.- 19° 44’179 S A la mañana siguiente, aprovechamos la sonda de 10 m para potabilizar agua y llenar tanques. Bañito y 6 Nm al sur, la isla de Lifuka, bien balizada en su entrada norte entre arrecifes. Las cartas de NAVIONIC siguen estando descompensadas en casi todos los lugares, hay que navegar con mucha precaución, atención y buena luz para evitar sustos. CMAP, por aquí, bastante bien. Fondeamos, con 6 m. de sonda, frente a Pangai, el village-capital del archipiélago. Latitud .- 19° 48’008 S Pangai es un Village de 2.000 habitantes, bastante dispersos, donde hicimos la acreditación de entrada, repusimos gasoil y comestibles. En las guías hablan del Mariners Café & bar, donde almorzamos bien los 3 días de estancia en Pangai. En cuanto aparecimos allí, nos preguntaron si éramos navegantes y acto seguido, el libro de firmas. Desde el año 2.000, fuimos ojeando en busca de barcos conocidos. Así apareció Gaspar Citoller, el malagueño con el que nos hemos encontrado en tantos sitios y su OCTOBASE, también Luis Cánovas del SURAZO, Chile y algún otro barco extranjero amigo. Pangai tiene un pequeño puerto, con pocas comodidades para el dinghy y ninguna para veleros que no son bien acogidos dentro del puerto. Hay que fondear fuera, en un fondeo abierto y muy salseado con vientos del S-SE. Hay unas cuántas tiendas, también regentadas por orientales como en Neiafu, de características similares, tendiendo a menos variedad. Más recomendado el fondeo de Ouleva, isla a 5 Nm al S. en donde hemos recalado el sábado día 21 frente al Resort Sea Change. Latitud .- 19° 50’860 S Aquí estamos tomando sol, baños, pesca abundante, otra vez limpieza de hélices y repaso de cascos. Muy buen tiempo, todos los días soleados. La playa de unos 2 Km. de arena limpia, aguas transparentes, vegetación espesa y cocoteros asomando por encima. La isla está deshabitada, solo tiene 4 resorts, así le llaman a estos establecimientos, tipo pensión y/o camping, para cuatro turistas que vienen a desconectar y cargar baterías. Están mimetizados con la foresta y ofrecen poco más que copas y comida básica por encargo a los de los veleros. El domingo aparecimos con nuestro dinghy en la playa y nos saludó Magda, la propietaria del Mariners, que está aquí en una celebración de fin de temporada con sus amigos del resort. Nos invitó y allá fuimos. O sea, otra fiesta, barbacoa rica y abundante y beaucoup de vin. La idea es volver a Pangai mañana viernes, para hacer los papeles de salida y seguir hacia el S. A 35 Nm tenemos un buen fondeo en la isla Nomuka, así dividimos la travesía a Nukualofa en dos etapas sin hacer noche. |
Yearly Archives: 2017
Más fotos de Vava’u: Neiafu y Tapana
Un poco más sobre Vava’u
Martes, día 10 mini travesía, 12 Nm al fondeo de Tapana. A nuestra llegada hay ya unos 12 barcos pillando cacho. Unos en boya y la mayoría al ancla. Las boyas están muy cerca de la orilla y el PRATI prefirió ancla más alejada, para evitar mosquitos y demás. Por la tarde aparecen Maria, Eduardo y Víctor, este último, un amigo de Mallorca que piensa pasar en Tapana una larga temporada, dando relevo a los titulares que se van a España. La salud de Eduardo parece estar controlada y vuelven felices a casa. El miércoles fuimos invitados a la paella que ellos sirven para cena, con la correspondiente música en vivo. Las tapas de entrada, excelentes, la paella, con ingredientes locales, tipo tongano. La velada magnífica, Eduardo con su guitarra y en alguna de las canciones acompañado por María, Victor y el tongano que trabaja con ellos desde hace muchos años. Mucha charla y mucho drinking. Gracia amigos de Tapana por tan fantástica acogida. Por cierto, curioseando las paredes del local, encontramos una bandera española, del Cap’s III, de Ja y Virginia, así como unos souvenirs de nuestro amigo chileno Luis Canovas del SURAZO. Tapana está habitada solo por ellos. Hay una pequeña playa donde desembarcar y que da acceso al camino hacia el restaurante. El fondeo es totalmente protegido. Tuvimos una noche con viento fuerte, sobre los treinta nudos, lluvia intensa y tormenta. El tenedero es bueno aunque la arena está bastante compactada. En el archipiélago de Vava’u no hay ciguatera. Se puede pescar y el capi aprovechó en varias ocasiones para hacerlo desde la popa. Nos comimos los últimos entrecots de carne neozelandesa, comprados en Papeete y con los trozos de grasa que apartas en el plato, los peces se entusiasman. Un anochecer pica y pica y pica, cubo lleno de parguitos y similares. Repartimos con los barcos vecinos y todo el mundo encantado. Uno de ellos, kiwi, había venido de visita para agradecernos las veladas musicales del ukelele de a bordo. Antes de zarpar de Neiafu, hicimos acopio de: cervezas, vino, carne congelada, huevos, pan, fruta, verduras, etc. No hay mucho donde elegir, pero estas cosas básicas las hay en las seis u ocho tiendecitas del pueblo y en el mercado de fruta y verdura. Todos son bonitos, siempre estás rodeado de islas, de origen volcánico, con una vegetación exuberante que llega hasta el agua, con alguna pequeña playa que le da el punto exótico. A nosotros este paisaje nos recuerda a Croacia, con la diferencia de que aquí, entre la espesura del bosque, aparecen cocoteros y que la gente es más morena y mucho más simpática y acogedora. También habíamos intentado salir en un barco de avistamiento de ballenas, por aquello de verlas de cerca y poder incluso nadar a su lado. En algunas ocasiones las hemos visto, pero casi siempre de lejos. Nos informaron que a mitad de septiembre ya están emigrando al S, con sus crías y que no es muy seguro que puedas encontrarlas. De alguna manera nos hicieron desistir y nos aconsejaron que lo intentemos más al sur, hacia donde vamos. El domingo, día 15, dejamos atrás Tapana y hemos regresado a Port Mourelle, acercándonos a la salida. Posiblemente mañana martes, zarpemos hacia Ha,Apai, archipiélago a unas 70 Nm al Sur, en el que esperaremos ventana meteorológica para saltar a Nueva Zelanda, a unas 1.100 Nm en rumbo directo. En este fondeo, vinieron a visitarnos los vecinos, Joanna y Nigel. Tres horas de sople y conversación de lo más interesante. Nigel, es un skipper avezado, que vive en New Zealand y que nos ha aportado mucha información sobre la travesía Tonga-New Zealand. Se sigue confirmando que hasta bien entrado noviembre, según vas bajando, el frío va haciendo acto de presencia. Pero bastante frío, no un anuncio. Estamos en la disyuntiva de elegir entre susto o muerte. Si bajamos pronto, frío y mal tiempo. Si demoramos la salida, hay alguna posibilidad de temporal que en la nomenclatura oficial, aquí figura como ciclón de nivel 1, sin llegar a los 50 Kts. Él, particularmente, no piensa salir hasta mitad de noviembre. Con esta información, de primera mano, nos planteamos seguir un poco más por Tonga y sus aguas cálidas, entre 27 y 29°. Desde Ha’Apai, trataremos de enviar fotos. |
Vava’u, Kingdom of Tonga
Samoa y Tonga
Las casi tres semanas que pasamos en Apia (Samoa W) fueron tranquilas y relajantes. La Isla es verdaderamente bonita y cuidada. A pesar de la pobreza, de la que todas las informaciones hablan y de un paro que dicen que está en el 60%, parecen un pueblo feliz. Hicimos un recorrido en coche por toda la isla y nos sorprendió la limpieza y lo cuidado que está todo. El césped recortado siempre en las orillas de la carretera, flores y plantas de color adornando por doquier, como si hubiera un concurso para elegir el paraje mejor cuidado. Las casas, en su mayoría, no tienen paredes, solo techos, suelos y columnas. Eso sí, suelen tener una para la familia y otra para las visitas y los huéspedes. Las iglesias abundan hasta extremos difíciles de entender. En cualquier paraje, en lugares con dos casitas, hay una iglesia o dos. Según parece, las familias dan parte de sus ingresos, aunque sean pocos, a su iglesia y normalmente en los oficios religiosos leen las cantidades que cada familia ha aportado. Esto es para que se sientan libres de dar lo que quieran…… El inconveniente, para nosotros, es que no hay buenos fondeos y los veleros se concentran en Apia únicamente, con lo que tras la visita a la isla y el periodo de relax, para olvidarnos de la travesía desde Huaine, que fue realmente mala, no había mucho más que hacer. Esa travesía de Bora Bora a Tonga, es llamada "The dangerous Middle". A nosotros nos pintó muy dura y a todos los navegantes de otros veleros, con los que hemos hablado, les pasó más o menos lo mismo. Algunos, con parada intermedia en las Islas Cook, tuvieron que abandonar los fondeos y seguir la travesía por ser peor el remedio que la enfermedad. Desde Apia, se abren los destinos, unos hacia Fiji y otros a Tonga. El PRATI, como estaba previsto, arrumbó a Tonga. Tras los dos días en el fondeo de Port Maurelle, el lunes, día 25, nos vinimos a Neiafu para hacer la entrada oficial al país. En el canal de entrada, una especie de fiordo, largo, profundo y totalmente protegido, fondeado un gran crucero. Lanchas de desembarco que van y vienen. |
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Nos abarloamos al muelle pesquero, ya que el muelle principal estaba ya ocupado por varios veleros. Eran las 10 de la mañana. Pronto apareció a bordo el funcionario de "Salud". Nos pidió, por primera vez en nuestras travesías, certificados de vacunación. Nos preguntó si estábamos sanos y expidió el certificado correspondiente que costó 40 €. Y a esperar. Y a seguir esperando. Defensas arriba y arriba porque la marea está bajando. Seguimos esperando. A más de las 4 de la tarde, aparecieron los dos funcionarios que faltaban. El de la "Cuarentena" y el de "Aduanas-Inmigración". Ambos, como ya era muy tarde y nosotros su último trabajo ese día, despacharon rapidito y sin poner ningún inconveniente. Esta vez, tarifa baratita, 8 € y ya podemos arriar la bandera amarilla. El fondeo es espectacular, hay por encima de 60 barcos, la mayor parte en boya, en profundidades de más de 30 m. Otros cerca de las orillas, al ancla. Como llegamos los últimos, estamos bien al fondo y mientras pescábamos la boya, descubrimos un vecino conocido, el Maya, con quien ya estuvimos en Rikitea, tiempo ha. Este es el puerto natural más protegido en el que hemos estado. Es una rada natural, en zigzag, a la que es imposible que entre el mar que está a unas 6 Nm. Hay un montón de bares y restaurantes. Un mercado de frutas y verduras y varias tiendecitas, con suministros de alimentación básicos, regentadas por orientales. Neiafu, la capital del archipiélago de Vavau, tiene una población de 5.000 habitantes. Muy pintoresca la cabaña de cerdos, algunos sueltos por las calles, y que son cuidados y respetados. Localizamos inmediatamente la "Basque Tavern". Papu, el propietario, es un guipuchi que llegó en 1.988, con 12 años de edad, navegando con su padre y sus tíos. Dos barcos, el de los tíos de 36 pies y el del padre de 25. Y aquí se quedaron. Sus tíos, Maria y Eduardo, tienen en la isla de Tapana, un restaurante famoso por su paella y por las fiestas que se montan con Eduardo a la guitarra. Iremos pronto. Estas noches estamos disfrutando de la conversación en castellano y de la cocina española. Con ingredientes muy distintos, pero con sabores españoles. La Taberna está ubicada en lo alto de la ladera y tiene muy buen ambiente y bonitas vistas al fondeo. Estamos en la Posición : |