Aunque es sabido que se puede dar la vuelta al mundo en casi cualquier cosa que flote, sin nevera, sin radar, sin medios de ningún tipo, nosotros hemos preferido hacerlo de forma más segura y más cómoda. Para ello hemos cambiado un barco de 41 pies por otro de 50. El nivel de seguridad es mucho mayor y el de confort, también.
Escrutando todas las posibilidades que el mercado ofrece en catamaranes, que no son muchas, decidimos optar por el CATANA 50, que tiene unas características técnicas que se adecuan al proyecto.
Desde que lo compramos en Mayo de 2008, nos hemos dedicado a hacer las reformas y la ampliación de instalaciones para la navegación de altura. Navegaremos por largos periodos de tiempo y en lugares donde no hay medios para subsanar los problemas que con el paso del tiempo van surgiendo. También hemos intentado facilitar el día a día de una tripulación tan pequeña como la nuestra: Capitán y grumete (“ con PER ”).
Ahora vamos a relacionar lo que hemos hecho en el barco:
Hemos duplicado la electrónica de radar, con incorporación de nuevo equipo con alcance de 36 Nm. y un segundo piloto automático, en previsión de caída de rayos. Manteniendo estos segundos equipos, totalmente aislados y sin conexión al sistema en uso.
Un segundo brazo empujador hidráulico también se ha montado como backup.
La última incorporación es el AIS, además de la BLU y la antena satelitaria que trasladamos del barco anterior.
El barco venía equipado con unas hermosas velas de carbono, que hemos guardado con muchísimo cuidado en los tambuchos de proa. Éstas solo valen para regatas.
Ahora el Cata está aparejado con velas de crucero, robustas y resistentes, capaces en principio de soportar un largo periodo de tiempo de navegación. Con ello llevamos el aparejo duplicado.
A las placas solares existentes, 400 W a 24V, hemos añadido otras 4 placas con potencia de 280 W.
El set de baterías de servicio se ha incrementado de 6 unidades a 10, de 115 A / ud.
Hemos añadido un segundo cargador de baterías y un aquagenerador.
Cada motor tiene acoplados 2 alternadores, uno a 12 V y 110 A para la carga de la batería de arranque y otro a 24 V para el set de servicios generales. En total 4 alternadores que normalmente se emplean cuando no hay viento y el barco navega a motor.
Con ésto y el generador diesel del equipamiento original, de 8 KVA, esperamos cruzar los mares sin las limitaciones del primer cruce atlántico.
También hemos cambiado todas las lámparas por LED’s e instalado la tricolor de navegación duplicada en perilla de mástil, así como luz estroboscópica de fondeo y foco pirata.
Como es una de las actividades que más se realizan por esos mares, Hemos duplicado ancla, la original con cadena de 70 m de longitud y eslabón de 12 mm de diámetro, peso del ancla 53 kgs. y otra con cabo, más sencilla, para back-up. Instaladas ambas en la proa del cata y actuadas por el mismo molinete de 2 KW de potencia, además de ampliar el pozo de anclas para evitar que se amontone la cadena y cause problemas.
El propietario anterior de este catamarán, lo debió utilizar para ir a la playa y para tomar el sol con “las chicas”, sin reparar en asuntos de seguridad en la navegación marítima.
Ahora tiene una barandilla tubular de acero inoxidable a una altura superior que los guardamancebos primitivos, unas barandillas de protección en los puestos de gobierno, dos hermosos soportes para afianzar el fly rígido, que además sirven para sujeción de las líneas de vida. Las protecciones de seguridad personal se han mimado.
Radiobaliza EPIRB
Balsa salvavidas para 8 plazas, categoría OPEN SEA
Un reflector de radar ECHOMAX, con una superficie de reflexión equivalente de 24 m2 está montado en el mástil por encima del radar.
Estamos gestionando la compra de radiobalizas personales que en caso de hombre al agua nos libren la piel. (Finalmente hemos adquirido el equipo Life Tag, que consiste en 2 brazaletes, a modo de reloj de pulsera, que tienen la particularidad de que cuando se alejan del barco 15 metros o se sumergen en el agua, activan una alarma, en el PRATI una chicharra atronadora. De tal forma que si un tripulante cae al agua el otro, aunque esté profundamente dormido, se entera, vaya que si se entera)
Como ya hemos relacionado en la parte de electrónica, contamos con el AIS como transponder.
Se ha instalado un conjunto bomba-filtro general para trasiego y filtración entre los tanques de almacenamiento de gasoil, ( 2 x 400 l + 1 x 200 l.) De esa forma cuando se echa combustible en lugares raros, sin garantía, se pone en funcionamiento este sistema que impedirá que el combustible llegue sucio a los prefiltros de las salas de motores. También estos prefiltros se han duplicado poniéndolos en by pass con el actual, quedando uno en reserva del otro.
Aparte llevaremos garrafas con otros 300 l.
Llevamos la cartografía de CMAP para toda la ruta prevista y las Pilot Charts electrónicas. Ya tenemos el derrotero del cono Sur americano que será la primera etapa de nuestra travesía.
A la llegada a Brasil iremos acopiando derroteros y cartografía de cada zona de navegación.
El último descubrimiento ha sido que las pantallas de mapas de Google, se pueden almacenar en el ordenador sin que ocupen excesiva memoria. Vamos a seleccionar para la primera parte de la travesía, la costa brasileña, aquellos lugares, como entradas, rías, bahías, posibles refugios, etc. y anotar las coordenadas que también facilita el sistema.
De cada lugar compilaremos, con varios pantallazos, una foto única de gran tamaño, por la que podremos desplazarnos con el ratón del ordenador, sin tener que descargar esas imágenes desde la antena satelitaría que tiene unas tarifas muy elevadas.
Éste va a ser el complemento ideal de las cartas de navegación electrónicas, si bien requerirá un trabajo previo importante antes de cada travesía.
Otra de las novedades, para poder aprovechar las capturas de pesca, ha sido la instalación de un arcón congelador de 80 litros.
La potabilizadora tiene una capacidad de producción de 240 l/hora.
Los tanques de almacenamiento de agua son de 2 x 400 litros
Ya tenemos encargado un nuevo barrilito para el ron.
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Todos estos preparativos nos han llevado casi tres meses en verano y otro este invierno.
Internet ha sido el espacio que hemos utilizado para ir adentrándonos en las particularidades de navegación en lugares como Cabo de Hornos, Cabo Buena Esperanza, Cabo Norte, etc.
Todo el mundo nos pregunta por la ruta, el tiempo que vamos a emplear en dar la vuelta al mundo, por el avituallamiento, por…… la respuesta es: No tenemos ningún programa concreto. La idea inicial es comenzar el periplo en sentido inverso, es decir, del Atlántico al Pacífico, pasando por América del Sur, si es posible por Cabo de Hornos. El cono SUR nos atrae especialmente, pensamos estar al menos un par de años por allí. El Pacífico, que menos que otros dos o tres añitos. Australia o Nueva Zelanda, ya veremos, Cocos Keeling. El Índico, solo pasarlo en navegación directa hasta África, Seychelles, Madagascar, Sudáfrica, Ascensión, Santa Elena y Brasil de nuevo. Mucho Caribe y “PAPAÑA”.
¿Verdad que está chupao?
Con cierta periodicidad vendremos a España, “pa ver como anda el tiempo”. Tiempo para la vuelta, el que sea preciso. El reloj y el calendario, lo hemos dejado en casa. Si esto es factible, así lo haremos y si no, pues lo iremos variando según las necesidades, o antojos.
Sobre avituallamiento, aunque en la primera etapa, Canarias – Cabo de Hornos, la travesía más larga, va a ser de unos diez días, que es la de Cabo Verde a Brasil, siempre hay que calcular con amplio margen por si se prolonga el tiempo de navegación y además contar con una despensa generosa para no estar condicionados a arribar por necesidad en cualquier sitio, por falta de víveres. Por supuesto que algo se pescará y con ello tendremos proteínas frescas. También llevaremos productos hispanos que luego no se encuentran por el mundo, sobre todo la patita del gocho y su despiece en embutidos. A partir de ahí, lo iremos improvisando sobre la marcha.
También es cierto que todo, todo, no se puede ni debe llevar organizado.
Han pasado dos años y pico desde que escribimos lo anterior. Todo cambia en ese tiempo.
Además de que volvemos a estar como en el principio, a punto de empezar la vuelta al mundo, hemos seguido incorporando mejoras al equipamiento del catamarán:
En la última estancia en el Caribe, compramos un dinghy semirígido, piso de aluminio y la parte neumática de hypalon, material especial para sol de zonas tropicales. Motor fueraborda de dos tiempos y 18 CV.
Para compensar pesos, las dos máquinas de aire acondicionado que llevábamos de origen y que nunca utilizamos, las dejamos en tierra.
También hemos desechado el aquagenerador.
Seguiremos informando...